Imagina esto: es temprano en la mañana, café en mano, y los traders de todo el mundo están pendientes de sus pantallas. Un número está a punto de publicarse. Podría ser la última cifra de inflación. Podría ser el informe mensual de empleo. En cualquier caso, en cuestión de segundos aparecerá en los titulares de las noticias. Y, así de rápido, los mercados podrían dispararse, tambalearse o volverse caóticos.
A veces ocurre algo cuando estás operando. Profundizas en los estados financieros de una empresa, revisas las ganancias, lees las noticias. Todo parece alinearse. En papel, todo parece sólido.
Vamos a ser realistas. El mercado puede ser como una montaña rusa. Un momento estás en la cima, y al siguiente estás viendo las líneas rojas apiladas en tu pantalla. Durante esos momentos volátiles, ¿no sería útil tener algunos rendimientos constantes en tu portafolio, algo un poco menos... inestable?
Japón, deflación y entornos de tasas bajas explicados.
Probablemente hayas oído a alguien mencionar el término “trampa de liquidez” y simplemente seguiste adelante. Es comprensible, suena como una de esas ideas de libro de texto que obsesionan a los economistas. Pero aquí está el detalle: en realidad importa, y más de lo que crees.
Cuando los mercados se desestabilizan o los titulares entran en “modo crisis”, a menudo oirás que los inversores se trasladan a los llamados activos refugio: oro, yen y dólar. Pero, ¿qué los hace realmente “seguros” y por qué la gente corre hacia ellos cuando todo lo demás parece desmoronarse?