Los mercados comenzaron el cuarto trimestre con estabilidad a pesar del cierre del gobierno de EE. UU. el 1 de octubre, que detuvo la publicación de datos clave, incluido el informe de empleo de septiembre. Los inversores lo consideraron mayoritariamente temporal y centraron su atención en los próximos pasos de la Reserva Federal.
Los mercados pasaron la mayor parte de la semana pasada atrapados entre dos narrativas: una inflación que sigue siendo obstinadamente alta y una Fed que finalmente hizo su primer recorte desde finales de 2024.
Los mercados finalmente obtuvieron lo que llevaban meses esperando: el primer recorte de tipos de la Fed desde finales de 2024. La medida llegó en una semana en la que los datos contaron dos historias a la vez: la inflación mostró nuevos signos de persistencia, pero el impulso general pareció lo suficientemente débil como para justificar la flexibilización.
La segunda semana de septiembre consistió en equilibrar datos más suaves con la cautela de los bancos centrales y algunos episodios de tensión geopolítica. En EE. UU., la lectura del IPC de agosto fue de +0.4% m/m, elevando la tasa anual al 2.9%, su nivel más alto desde enero.
Septiembre comenzó con los inversores sopesando datos más débiles, bancos centrales cautos y riesgos geopolíticos persistentes.
En EE. UU., el informe de empleo de agosto marcó el tono. Las nóminas aumentaron en 165,000, por debajo de las expectativas, mientras que el desempleo subió a 4.3%, el nivel más alto desde 2023.