Si alguna vez has reservado unas vacaciones con meses de antelación solo para asegurar el precio del vuelo, ya entiendes la idea de los derivados. En los mercados, funcionan igual.
El mercado bursátil estadounidense se encuentra en máximos históricos, pero el repunte ha sido inusualmente estrecho. Casi todas las ganancias provienen de unos pocos nombres tecnológicos de gran capitalización. Desde abril, el S&P 500 ha subido alrededor de un 27%, con los “Siete Magníficos” representando ahora aproximadamente un tercio del índice. Solo Nvidia representa alrededor del 8%, mientras que Microsoft y Apple suman aproximadamente un 7% y un 6%. Juntos, esos tres valores representan más de una quinta parte del S&P. Esto plantea una pregunta simple: ¿puede continuar un rally impulsado por tan pocas acciones, o el impulso está empezando a resquebrajarse?
Toda comunidad de trading, desde la cuenta minorista más pequeña hasta la mesa institucional más grande, se enfrenta a una escasez universal: capital finito frente a una incertidumbre de mercado infinita.
Los inversores están hablando de dos cosas en este momento: la última reestructuración de cartera de Warren Buffett y el repunte de las acciones de Amazon hacia sus máximos históricos. Ambos factores están influyendo en el ánimo del mercado estadounidense y dando a los inversores algo de entusiasmo.
Imagina esto: es temprano en la mañana, café en mano, y los traders de todo el mundo están pendientes de sus pantallas. Un número está a punto de publicarse. Podría ser la última cifra de inflación. Podría ser el informe mensual de empleo. En cualquier caso, en cuestión de segundos aparecerá en los titulares de las noticias. Y, así de rápido, los mercados podrían dispararse, tambalearse o volverse caóticos.
Las rebajas de tasas suelen emocionar a los inversores. Tasas de interés más bajas, crédito más fácil y más espacio para respirar tanto para los consumidores como para las empresas. Pero, ¿qué pasa si la inflación sigue presente, sin bajar ni subir drásticamente, simplemente... tal vez obstinada?
El S&P 500 ha tenido un fuerte impulso recientemente. Tras varias semanas de subidas constantes, el índice alcanzó un nuevo máximo histórico alrededor de los 6.388 puntos el lunes 28 de julio de 2025.
Cuando los mercados se desestabilizan o los titulares entran en “modo crisis”, a menudo oirás que los inversores se trasladan a los llamados activos refugio: oro, yen y dólar. Pero, ¿qué los hace realmente “seguros” y por qué la gente corre hacia ellos cuando todo lo demás parece desmoronarse?
El Nasdaq-100 ha vuelto a sus máximos históricos después de un repunte tecnológico a finales de junio. El 9 de julio, el índice subió a 22,884 puntos cuando el fabricante de chips Nvidia se disparó – convirtiéndose en la primera compañía de EE.UU. en superar el valor de mercado de $4 billones en medio del renovado optimismo sobre la IA.
Los últimos datos de EE.UU. dieron una señal algo mixta. Por un lado, la economía claramente está desacelerándose. Pero por otro, la inflación — o el aumento general de los precios — sigue presente.
La medida favorita de la inflación de la Fed, llamada PCE subyacente, subió ligeramente al 2.7% en mayo.